lunes, 1 de junio de 2009

Liliana y el Cordobazo

La llama del Cordobazo y algunos nombres olvidados

Lamentablemente, la gesta de mayo de 1969 y muchos de sus protagonistas han sido negados por las estructuras enemigas de los trabajadores y la burocracia sindical. Por Liliana Olivero.

Liliana Olivero
Legisladora provincial. Izquierda socialista

El 29 de mayo de 1969 entró definitivamente en la historia de nuestro país. La insurrección popular contra la dictadura de Onganía fue la respuesta obligada a los atropellos del autoritarismo en el poder. Las quitas zonales, los reclamos salariales y el sábado inglés fueron los reclamos que se convirtieron en los detonantes que activaron la explosiva situación social que flotaba en el aire.

En los días previos al Cordobazo hubo muchas manifestaciones en el país que anticipaban una salida violenta, y a cada manifestación la dictadura respondía con una represión más violenta.

No es mi intención en este homenaje hacer la crónica detallada de los acontecimientos que se sucedieron en aquel mayo del ’69, y en sus días posteriores, pero sí quiero recordar a actores de aquella gesta: hombres y mujeres de Córdoba, obreros, empleados y estudiantes que se sumaron a una lucha decisiva para poner fin a una dictadura agobiante que, en definitiva, sirvió para la caída de Onganía.

Quiero reivindicar a un hombre como Oscar "Cachulín" Álvarez, trabajador de Epec, miembro de la combativa Comisión Directiva de Luz y Fuerza, que acompañó al "Gringo" Tosco en aquellas y muchas jornadas.

En una carta, "Cachulín" nos contaba lo siguiente: "Tosco decía que el Cordobazo no sólo era una gesta para recordar, sino que era la oportunidad para reafirmar la lucha, un hito más en la larga lucha de la clase obrera mundial, lucha que lleva siglos, y podemos –como homenaje– mencionar a esa clase obrera y reivindicarla en la figura de los obreros de Francia, los tejedores de Alemania, a los de Shangai en China, a los del transporte en Estados Unidos, a los mineros en Bolivia, a los de Santa María de Iquique en Chile, y en la Argentina a los de la semana trágica, a los peones rurales, a los forestales y tantas otras luchas".

Continuaba "Cachulín" diciendo: "El trabajador siempre visualiza a su enemigo, en este caso visualizó la dictadura de Onganía, por eso había que lograr la unidad de los trabajadores y luchar contra ese enemigo. Lamentablemente, en esta sociedad capitalista el enemigo se diluye de tal forma que se divide en falsas opciones partidarias, que están muy lejos, a veces, de representar o responder a las necesidades acuciantes y trágicas que padece, desde siempre, la clase trabajadora".

Uno de los líderes más lúcidos del Cordobazo fue Agustín Tosco, a quien los enemigos de la clase trabajadora persiguieron junto a Atilio López y René Salamanca.

Lamentablemente, esta gesta y estas figuras han sido negadas por las estructuras enemigas de los trabajadores y la burocracia sindical. Por eso, a 40 años, es necesario redoblar el compromiso por lograr los objetivos que dieron origen al Cordobazo porque, como decía "el Gringo" Tosco: "La lucha debe continuar".

Domingo Bizzi. También quiero reivindicar a otro luchador de aquellos días, el compañero Domingo Bizzi, conocido popularmente como "el Gringo", quien fue delegado y luego secretario adjunto del Sitrac, compañero presente en esta sala. Él opina: "El Cordobazo nos permitió recuperar gremios para los trabajadores que estaban en manos de la burocracia pero, por otro lado, la unidad de los obreros con los estudiantes generó la formación de organizaciones revolucionarias cuyo objetivo era cambiar la sociedad. En esa lucha, muchos compañeros trabajadores ofrendaron su vida, como los hermanos Ortega, "el Cabezón" Pedro Martínez de Fiat Concord, Sufi, Castelo, Florencio Díaz, López y Lozada de Materfer".

Hoy, a 40 años, creo que es cuando más cerca estamos de cambiar la sociedad, como querían aquellos compañeros que ya no están; a quienes también quiero recordar en este nuevo aniversario.

Enseñanzas. Por otra parte, el Cordobazo, como toda gran acción de masas popular, dejó numerosas enseñanzas y experiencias. Por mi parte, tomo dos; en primer lugar, "la fuerza incontenible" del movimiento obrero cuando sale a la lucha encabezando a los estudiantes y a todos los sectores populares, y que, en aquella oportunidad, barrió a una dictadura y acabó con 18 años de exilio del general Perón; y, en segundo lugar, la "importancia de la dirección". Le cupo al Movimiento Obrero de Córdoba, de la mano de dirigentes combativos, llevar adelante medidas de fuerza reclamadas permanentemente por las bases, que desbordaron –en aquellos momentos– los cálculos del régimen instaurado.

Pues bien, a 40 años de aquella experiencia, es necesario reflexionar profundamente sobre la misma, en el marco de una crisis mundial que pretende que los trabajadores, otra vez, paguemos los costos de la crisis con ajustes, despidos y suspensiones; entonces, se impone más que nunca recuperar el espíritu del Cordobazo para luchar por los intereses de los trabajadores y el pueblo.

Por otro lado, la lucha por los derechos humanos ha llevado a la Justicia –y han sido condenados– a muchos de los represores que vinieron a continuar las tareas que dejó pendientes Onganía y que sumieron al país en la oscuridad más absoluta, con 30 mil compañeros desaparecidos, allanando el camino a las políticas neoliberales de los ’90, con sus efectos más nefastos: la atomización del movimiento obrero, su desmovilización y un retroceso de casi 100 años en las conquistas laborales.

Por eso, cuando arrecian los despidos, las suspensiones; cuando vemos que se quiere llevar a prisión domiciliaria a Menéndez, evocar el Cordobazo va más allá de una simple crónica de los hechos; al contrario, adquiere un significado histórico especial.

2 comentarios:

  1. Se olvida usted de más de uno, por ejemplo del "Petizo Páez" Candidato del entonces P.S.T Vea en la web.
    tortosalvador@hotmail.com

    ResponderEliminar
  2. Si es curioso que Páez no figure en el relato.

    ResponderEliminar